VIAJE A TRAVÉS DE LA QUÍMICA

Sal, el elemento multifunción

Antiguamente llamada oro blanco. Puede tener una Denominación de Origen Protegida, tal como el vino y el aceite de oliva. Sin embargo, la utilidad de la sal va mucho más allá de la gastronomía. Se trata de un elemento que toca varios aspectos de nuestra vida cotidiana y que, a través de la industria química, hace que la vida humana sea más segura.

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Una historia de sabor y lágrimas

A Fernando Pessoa se debe la idea romántica de que gran parte de la sal del mar proviene de las lágrimas de Portugal, una referencia poética a las aventuras marítimas portuguesas. Sin embargo, los hechos también establecen una relación entre Portugal, los Descubrimientos y la producción de sal, que se remonta a la Edad de Bronce, de acuerdo con los hallazgos arqueológicos.

Se encontraron pruebas escritas de su explotación en el documento más antiguo que se refiere a la sal portuguesa: tiene como fecha el año 959 y registra la donación de tierras y salinas de Aveiro. Posteriormente, los anales de la historia confirman que en el siglo XVI la actividad ya era tan relevante que el rey Juan I de Portugal autorizó, por primera vez, la exportación de sal marina producida por evaporación solar, que, debido a su calidad, alcanzaba precios más altos que la producida en las minas de Europa Central. Aunque no fue solamente su importancia económica lo que contribuyó al desarrollo marítimo de Portugal. En aquella época, la sal, a la que los científicos posteriormente dieron el nombre de cloruro de sodio, también desempeñaba un papel fundamental en la conservación de los alimentos, lo que era una gran ventaja cuando se realizaban viajes largos.

Para ese entonces, la relación del hombre con la sal ya tenía muchos milenios de antigüedad. El hombre prehistórico obtenía la sal que necesitaba mediante la ingestión de animales (dado que nuestro cuerpo necesita unos 100 gramos por cada 40 kilos de peso, porque el sodio es esencial para el funcionamiento de las células). Posteriormente, cuando la humanidad pasó a dedicarse a la agricultura, pronto se dio cuenta de que la sal que se encontraba en el mar y en los lagos salados interiores daba a los vegetales un sabor parecido al de la carne.

En el siglo VI a. de C., la sal ya se extraía en diferentes partes del mundo y la posesión de este bien preciado, también llamado «oro blanco», comenzó a justificar incluso conflictos armados. Incluso, el primer camino romano se llamó «Via Salaria» y unía Roma con el mar Adriático, donde se recogía la sal, y los soldados y empleados públicos del imperio eran pagados en parte con sal, de allí proviene la palabra salario. Una moneda de cambio que se mantuvo en diferentes lugares del mundo hasta el siglo XIX.

Durante todo este tiempo, hasta la Revolución Industrial, el uso principal de la sal era conservar los alimentos durante los meses de invierno, pero los cristales blancos también se usaban para rituales religiosos (como símbolo de pureza), para cicatrizar heridas o curtir el cuero, que se considera que ha sido la primera mercancía comercializada.

En los siglos XVIII, XIX y XX, con el advenimiento de la revolución química, la industria de la sal y los procesos de extracción (la sal puede obtenerse del agua de mar, de salinas naturales o de depósitos de piedras de sal, que se forman por la evaporación de antiguos océanos) y de refinado experimentaron algunas innovaciones. La ciencia también ha llevado al descubrimiento de nuevos usos para el mineral como materia prima industrial, que han tenido un fuerte impacto en el desarrollo y la calidad de vida de la humanidad.

Un negocio bien sazonado

A lo largo de la historia, la sal ha sido objeto de monopolios estatales y de impuestos especiales. En la actualidad, el mercado global de la sal, según las proyecciones del informe de Fortune Business Insights, aumentará pasando de 34.100 millones de dólares en 2023 a 48.600 millones en 2030.

En 2022, las estadísticas registran una producción mundial de 290.000 millones de toneladas métricas de sal, con China liderando el abastecimiento mundial, seguida de Estados Unidos e India, lostres países juntos produjeron un total de 151.000 millones de toneladas métricas de sal ese año.

Aunque, desde la época de los Descubrimientos, la industria portuguesa de la sal está ha disminuido, en 2022 Portugal generó 117.700 toneladas de sal marina, de acuerdo con los últimos datos del anuario «Estadísticas de la Pesca 2022», elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas de Portugal (INE) y la Dirección General de Recursos Naturales, Seguridad y Servicios Marítimos de Portugal (DGRM). Los números revelan que la producción creció un 30,3% con respecto a 2021 y que el número total de salinas productivas aumentó un 44,4%, totalizando 52 unidades. No obstante, la tradición ya no es lo que era: aproximadamente el 83% de la sal se extrajo mediante procesos mecánicos, la «flor de sal» representó el 0,2% de la producción y la «sal marina tradicional» solo el 16,8%.

Aunque la ingesta diaria media de sal a nivel mundial se estima en 10,8 gramos por persona (en China este valor se eleva a 17,7 gramos y en Portugal a 8,9 gramos, que representa el doble de la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud), lo cierto es que la industria alimentaria no figura entre los cinco primeros consumidores del mercado mundial de la sal. La industria química es la que tiene (por lejos) la mayor cuota, que en 2021 fue del 47%.

Eletrolisador en unidade industrial de produción de cloro

La sal que no se ve

Se cree que hay más de 14.000 usos para la sal, que superan con creces la simple contribución a nuestro paladar o a los consejos de limpieza caseros.

La creciente demanda de este compuesto inorgánico por parte de la industria química está estimulada sobre todo por el aumento de la producción de cloro-álcali (cloro, soda cáustica y otros derivados), mediante la electrólisis de la salmuera (tecnología que usa la corriente eléctrica para inducir la reacción del cloruro de sodio, transformándolo en otros componentes)

Los compuestos resultantes son materias primas esenciales para más de la mitad de los productos finales de la industria química, así como para la competitividad de muchos otros sectores, como, por ejemplo, la energía, las construcciones civiles, los productos de higienización, los cosméticos, los textiles, los plásticos, el vidrio y el papel, entre muchos otros.

Pero además de ser el origen de la mayoría de los productos que nos rodean, la sal transformada por la industria química adquiere una nueva vida al transformarse en productos que también sirven para proteger la salud humana y animal y toda la cadena alimentaria.

Los productos fitosanitarios a base de cloro, por ejemplo, son sustancias utilizadas en agricultura para proteger los cultivos contra enfermedades y plagas. Y el cloro es también el componente básico del 85% de los medicamentos usados para tratar enfermedades como la hipertensión, el cáncer, el sida, la neumonía, las alergias, la diabetes y la meningitis, además de poseer una función esencial en el tratamiento del agua para el consumo, lo que hace la vida humana más segura.

Sabía que…

  • El sudor contiene entre 2,25 y 3,4 gramos de sal por litro, y en un día caluroso, bajo un esfuerzo continuo, una persona puede transpirar una media de un litro por hora.
  • Todos los océanos del mundo juntos contienen suficiente sal para cubrir los continentes con una capa de más de 150 metros de este mineral.

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